Colombia es un país privilegiado por su abundante riqueza hídrica, albergando una diversidad de cuerpos de agua que incluyen ríos, lagos, acequias y zanjones.
Estos recursos naturales no solo son esenciales para el abastecimiento de agua potable, la agricultura y la generación de energía, sino que también desempeñan un papel crucial en la preservación de la biodiversidad y la regulación del clima. Consciente de su importancia, el país ha establecido áreas de protección alrededor de todos estos cuerpos de agua.
Estas son áreas de riqueza ecológica que han sido designadas para alcanzar objetivos específicos de conservación, fomentando el desarrollo de estrategias de educación ambiental, investigación, apropiación y participación ciudadana en pro de la conservación de la biodiversidad y la continuidad de los servicios ecosistémicos.
Marco Legal y Regulaciones
La protección de los cuerpos de agua en Colombia está respaldada por un sólido marco legal. La Constitución Política de Colombia de 1991 y la Ley 99 de 1993, que creó el Ministerio de Medio Ambiente, establecen la obligación del Estado y de todos los ciudadanos de proteger el medio ambiente y los recursos naturales. Específicamente, el Decreto 1541 de 1978 establece las zonas de protección para los cuerpos de agua, definiendo las franjas de terreno que deben mantenerse libres de actividades humanas que puedan afectarlos.
Según la normativa, estas áreas de protección, conocidas como “rondas hídricas”, varían en extensión dependiendo del tipo de cuerpo de agua. Por ejemplo, para los ríos y quebradas, la franja de protección puede ser de hasta 30 metros a cada lado del cauce, mientras que para lagos y lagunas puede extenderse hasta 100 metros desde la línea de ribera. Estas zonas están destinadas a la conservación de la vegetación natural, la prevención de la erosión, y la protección de la fauna y flora acuáticas.
De esta manera, las autoridades ambientales del país han unido esfuerzos para que a través del ordenamiento territorial se aíslen estas áreas limitando el uso de su suelo mediante la asignación de actividades compatibles o condicionadas, siempre orientadas a la conservación y restauración de flora que las gobierna, prohibiendo construcciones que representen un de alto impacto por deterioro o fragmentación.
Sin embargo, esta limitante ha sido una dificultad para los aprovechamientos en predios con presencia de cuerpos de agua, que, si bien armonizan el paisaje, la delimitación de su área de protección abarca gran parte del área total del lote, inhabilitando actividades económicas o de desarrollo que beneficiarían al propietario.
En suelos urbanos es común observar que sean aplicadas las “Áreas forestales Protectoras”,que por su definición son franjas no inferiores a 30 mts de ancho, sin embargo, al revisar los alcances de este instrumento de protección, es claro que solo es posible su asignación a cuerpos de agua existentes en suelos rurales. En ese sentido, la normatividad nos indica que la Ronda Hídrica sería el instrumento que asignaría suelos de protección a fuentes de agua en suelos urbanos, la cual está conformada por tres componentes indispensables para su acotamiento: Geomorfología, Hidrología y Ecosistema; Como se muestra a continuación:
Figura 1. Componentes que constituyen la definición de la ronda hídrica. (a) sistemas loticos (b) sistemas lenticos.
“Fuente: Guia de técnica de criterios para el acotamiento de rondas hídricas en Colombia.”
Importancia de las Áreas de Protección
Conservación de la Biodiversidad: Las áreas de protección alrededor de los cuerpos de agua son vitales para la preservación de la biodiversidad. Muchos ecosistemas dependen de estos hábitats para sobrevivir, y la vegetación circundante actúa como un filtro natural, mejorando la calidad del agua al atrapar sedimentos y contaminantes.
Regulación del Ciclo Hidrológico: Estas zonas de protección juegan un papel crucial en la regulación del ciclo hidrológico. Al permitir la infiltración del agua de lluvia en el suelo, contribuyen a la recarga de los acuíferos y a la regulación del flujo de los ríos, reduciendo el riesgo de inundaciones y sequías.
Prevención de la Erosión: La vegetación en las áreas de protección ayuda a estabilizar las riberas de los ríos y las orillas de los lagos, previniendo la erosión del suelo. Esto no solo protege la infraestructura y los asentamientos humanos cercanos, sino que también evita la sedimentación excesiva en los cuerpos de agua, lo que puede afectar su calidad y capacidad de almacenamiento.
Mitigación del Cambio Climático: Los cuerpos de agua y sus zonas de protección actúan como sumideros de carbono, contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Además, al mantener los ecosistemas acuáticos saludables, se promueve la resiliencia ante los efectos adversos del cambio climático, como las variaciones en los patrones de precipitación y las temperaturas extremas.
Desafíos y Oportunidades
A pesar de las regulaciones existentes, la protección efectiva de los cuerpos de agua en Colombia enfrenta varios desafíos. La expansión urbana, la deforestación, la agricultura intensiva y la minería ilegal son algunas de las actividades humanas que continúan amenazando estas áreas. La falta de monitoreo y la aplicación inadecuada de las leyes también contribuyen a la degradación de los ecosistemas acuáticos.
Sin embargo, estas amenazas también representan una oportunidad para fortalecer las políticas de conservación y la participación comunitaria. La educación ambiental y la sensibilización de la población sobre la importancia de proteger los cuerpos de agua son esenciales para fomentar una gestión sostenible de estos recursos. Además, la implementación de proyectos de restauración ecológica y la promoción de prácticas agrícolas y urbanísticas sostenibles pueden contribuir significativamente a la recuperación y preservación de las áreas de protección.
En SAUCES ingeniería Sanitaria, Ambiental y Forestal hemos desarrollado estudios de acotamiento de rondas hídricas para modificar las Áreas Forestales Protectoras de quebradas y humedales existentes en la zona urbana de Santiago de Cali, específicamente en la comuna 22, buscando espacios de concertación con la autoridad ambiental competente para velar por la conservación de los cuerpos de agua y su zona de protección, así como, los intereses del propietario involucrado.
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Para la ejecución del estudio, contamos con un grupo interdisciplinario conformado por topógrafos, biólogos e ingenieros que desde su área aportan estrategias de manejo ambiental orientadas a la restauración, conservación y protección de la ronda en el marco de las necesidades de aprovechamiento y desarrollo urbanístico permitido, lo cual, nos ha garantizado el éxito en el proceso.